Capítulo 1: ¿Qué es RIESGO?

Se trata de cualquier incertidumbre que pueda afectar nuestros objetivos. Es decir, no tiene sentido hablar de riesgo si no lo asociamos a un objetivo específico. No podemos entonces trabajar ni gestionar riesgos en forma genérica. Esto nos obliga a definir en primer lugar cuáles son nuestros objetivos, lo que es un muy buen ejercicio. Luego debemos analizar y trabajar sólo con los riesgos asociados a ellos.
Una vez identificados los riesgos, y para poder trabajar con ellos, es necesario enunciarlos de forma tal, que sea posible visualizar sus tres componentes: causa, evento aleatorio, impacto. Todo riesgo tiene estos 3 componentes, y para definir la estrategia de su gestión es necesario poder identificar estos elementos correctamente.
Ejemplo
Para graficar lo anterior usaré el siguiente ejemplo: supongamos que construiremos un edificio. Lo primero es entonces definir el objetivo, que en este caso será que el edificio esté operativo por al menos 30 años. Entre las amenazas sobre ese objetivo está el que sufra daños importantes a raíz de un terremoto. Debemos ahora identificar la causa, evento e impacto de este riesgo para poder enunciarlo correctamente.
El efecto es claramente la destrucción o daño estructural del edificio. El evento aleatorio es la eventual ocurrencia del terremoto. Finalmente, la causa sería el construir en una zona sísmica y/o no seguir los estándares antisísmicos. El riesgo sería “destrucción del edificio ante la ocurrencia de un terremoto dado que se ubica en una zona sísmica y no se siguieron normas antisísmicas en su construcción”.
El identificar los componentes del riesgo nos permite definir diferentes estrategias para su gestión. Podemos así enfocarnos en construir bajo normas antisísmicas otorgando mayor resistencia estructural al edificio, reduciendo así los potenciales daños. También se puede decidir no construir en zonas sísmicas, evitando la probabilidad de ocurrencia de un terremoto. Otra opción es asumir las condiciones iniciales y contratar un seguro que nos permita reparar o reemplazar el edificio dañado en caso de ocurrencia de un sismo. Por supuesto que se puede hacer todo lo mencionado, o no hacer nada.
Conclusión
La decisión sobre qué medidas tomar corresponden a otra etapa, y se relacionan con el nivel de riesgo que estamos dispuestos a asumir. Sin embargo, lo importante es definir primero nuestros objetivos, identificar las amenazas y luego enunciar el riesgo y sus componentes para visualizar posibles estrategias de trabajo.